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Mi experiencia con Sebastian en su muerte

Lunes 8 de Julio llevamos a Sebastián a la clínica para hacer le su ultimo MRI por que nos habían dicho que ya no había nada que hacer con Sebastián, que se iba a morir en cualquier momento , y estábamos muy preocupados porque no veíamos ningún signo de que se fuera a morir, como se sabe cuándo una persona se va a morir?? Es imposible saberlo. Sí, me di cuenta que Sebastián estaba durmiendo mucho y su nivel de actividad había disminuido bastante, pero como no sé cuándo una persona va a morir y es incierto para mí, nadie me puede decir cuándo vamos a morir, que día? a qué horas? es imposible saberlo, pero nosotros queríamos saber si el tumor de Sebastián seguía creciendo o si se había desparecido y Dios me iba hacer el milagro.


En el fondo yo sabía que las cosas iban de mal en peor, pero uno nunca pierde las esperanzas. Si se iba a morir cuándo? Yo esperaba que me dijeran; tiene dos semana más o un mes. Algo, pues uno no sabe nada.Cuando llegamos al hospital Sebastián se puso muy malo, empezó a temblar y le dio fiebre muy alta. Esa noche nos quedamos en el hospital ya que no tenía nada en su sangre. No glóbulos rojo, no glóbulos blanco ni plaquetas. Estaba vivo de milagro. Resulta que Sebastián estaba tomando unas pastillas de quimioterapia en la casa y la Doctora me dijo que suspendiera las pastillas al terminar la caja, pero en esa angustia de tratar de salvarle la vida a mí se me olvido suspender las pastillas. Yo pensaba que dándole la quimioterapia lo iba a salvar, pero como nos mandaron a la casa a que Sebastián muriera, no volvimos a la clínica para nada. Cuando la quimo se terminó yo llame al hospital y pedí otra caja ya que en la caja de la medicina decía que se podía volver a pedir y yo pensé que debía de pedir otra caja. Después de 10 días de darle más quimioterapia Sebastián no tenía nada de glóbulos rojo, ni glóbulos blanco ni plaquetas en su sangre.

La primera noche le dieron glóbulos rojos y plaquetas, Papi le armo el Lego del Ferrari, Henry no durmió esa noche pues quería terminar de armarle el Ferrari. La Doctora Renata fue a visitarnos en la noche. Al siguiente día le dieron más sangre y ya se sentía mucho mejor, Varios amigos le visitaron Miss Shelly su profesora de kínder lo acompaño los dos días, le leyó y jugo con él. Creo que esa fue su forma de decirle adiós. Cuando llegamos al primer día al hospital lo primero que hizo fue decirme; 
Mami busca a la Dra. Eugenia con su vocecita de cómo si estuviera tramando algo en su cabeza, por supuesto inmediatamente yo fui a llamarla pero no la vimos, sino hasta el segundo día, que fui al 6 piso personalmente a buscarla y tal sorpresa me di, al encontrarme con Peter , Sebastián estaba muy contento de verlo. Peter llamo a la Dra. Eugenia pues Sebastián se lo pidió, él quería verla y por supuesto quería hacerle una maldad, sin saber que esa sería su ultima vez de verla y jugar con ella.

Sebastián la adoraba, era su amiga a quien podía hacer maldades y jugar con ella, como una doctora se rebaja al nivel de un niño a jugar? Solo doctores tan especiales como Dra. Eugenia hacen hasta lo imposible por darles a estos niños tan especiales, tan sufridos un poco de alegría dentro de su doloroso proceso de tratar de sanarlos y ganarle la vida al cáncer. Sebastián y Dra. Eugenia hacían guerra de espuma de Batman y el hombre araña en el cuarto del hospital. Pero Sebastián le tenía tendida una trampa, quería echarle espuma sin que ella se diera cuenta, así que se enmanígualo con Carolyne la asistente enfermera de la Dra .Renata quien muy compinche lo secundo. Entre los dos planearon como iban hacerle la trampa a la Dra. Eugenia. Sebastián le dijo a Carolyne cuando Dra. Eugenia entre ella se sienta al lado mío y cuando yo te diga Carolyne que hay escrito en el tablero, tú le dices a la Dra. Eugenia que hay en el tablero y la Dra. Eugenia va a mirar el tablero y es ahí cuando yo le tiro la espuma. Dicho y hecho, así sucedieron las cosas, de lo cual yo no sabía que ya Sebastián tenía un plan de ejecución con Carolyne.


Cuando la Dra. Eugenia entro a la habitación la cual estaba llena de gente y era diminuta de 5x 5 solo había un asiento, todos estaban de pie. Podía uno pararse de la cama y tocar el lavamanos. Al entrar a la habitación se sentía un ambiente de tensión y expectativa, la Dra. Eugenia se sentó en el asiento y empieza hablar, charla va y charla viene, una que otra carcajada, una risa aquí y allá. Sebastián dice Carolyne que hay escrito en el tablero, Carolyne se dirige a la Dra. Eugenia. En ese momento Dra. Eugenia se voltea y Sebastián no pierde la oportunidad y le echa casi todo el frasco de espuma en su cabeza, A mí me dio pena ajena, pues yo desconocía absolutamente el plan de Sebastián. La Dra. Eugenia quedo perpleja, muerta de la risa, pero sin nada que hacer.

Total mente llena de espuma en toda la cabeza, la ropa, hasta la pared quedo llena de espuma y el techo también. Sebastián sin contenerse empezó a echar espuma a todo el mundo que se encontraba en la habitación , todos salieron en estampida, yo tuve que para a Sebastián e intervenir, le ayude a la Dra. Eugenia a limpiarse y esa fue la última guerra de espuma de Sebastián y la Dra. Eugenia. Él estaba muerto de la risa y feliz de haberlo hecho. Yo sabía que era su ultima vez y me dio mucha felicidad de verlo feliz. Así mismo me despedí de la Dra. Eugenia pues sabía que esa era la última vez que compartiríamos juntas a Sebastián y le di las gracias por dar le ese momento de felicidad a Sebastián, creo que ella en su fondo sabía que le esperaba en esa habitación.


Esa noche Sebastián durmió muy bien pues estaba listo para irse al día siguiente a la casa.

En la mañana le dieron su última bolsa de plaquetas y nos fuimos a la casa. Isabela estaba en el jardín botánico pintando y haciendo yoga. Le insistí a Sebastián que si quería ir, pero se sentía muy mal, yo lo sentía ya cansado y apagado, solo con ganas de ir a descansar y dormir pero como siempre me complació. Si Mami vamos al jardín botánico me dijo. No podía ni caminar, lo llevaba cargado, se sentía agotado.
Hizo un esfuerzo muy grande, como será lo mal que se veía que un niño le dijo, te vez muy mal. Si, Sebastián se estaba muriendo pero como la gente lo iba a saber. Al llegar nos sentamos y pintamos una matera pequeña y trasplantamos una planta. Esa fue su última actividad fuera de casa.

Una vez llegamos a la casa decidió irse a la cama a descansar. Por los siguientes días solo descansaba y casi no hablaba.

Sus dos últimos días fueron de sueño, se quejaba un poco del dolor de cabeza pero inmediatamente le dábamos morfina dos veces al día cuando pedía, sino se quejaba de dolor no le dábamos morfina. De vez en cuando habría sus ojos para decir algo, pero era ya muy breve lo que decía , casi no hablaba, no comía, tratábamos de darle solución de electrolitos en hielo. Helado de pedíalite para hidratarlo, melón. Tres noches antes de que muriera, aquella noche empezó a hacer un ruido muy fuerte. Decidimos poner una cama de hospital para él, en nuestro cuarto, lo pusimos en ella, pero no durmió. Ximena su tía, estuvo con él toda la noche, pero no durmió. Al día siguiente decidimos que durmiera con nosotros nuevamente en nuestra cama y le preguntamos que si quería dormir en nuestra cama y nos respondió que sí. Yo decidí poner en mi cama, debajo de la sabana un plástico por si empezaba a orinar y a no controlar sus esfínteres, pues nos instruyeron que eso podía suceder. Esa noche no dormimos del ruido tan horrible que hacía, dormimos con las manos cogidas toda la noche, creo que en un punto si me dormí, me pude desconectar o el cansancio me venció. Pero seguía haciendo este ruido extraño. En la mañana siguiente por primera vez amaneció orinado, pobrecito, creo que se debió de sentir muy mal, pues cada vez que él quería ir al baño avisaba y lo llevábamos, yo no podía sola con él, así que Henry lo llevaba y nos ayudábamos mutuamente. Todo el día estuve a su lado, no me despegaba de él, me parecía que si no estaba ahí, iba a perderme de estar con Sebastián los últimos minutos de su vida, Quería cargarlo como un bebe, pero no podía estaba muy pesado. Papi tampoco me dejo cogerlo, le pedí el favor que si lo podía poner entre mis brazos pero Papi me dijo, déjalo que lo sofocas. Como no pude cargarlo lo mantenía abrazado a mí, no me despegaba de el ni por un momento. Me acuerdo que siempre teníamos las manos cogidas y me apretaba la mano, no me soltaba la mano, siempre su mano encima de la mía como si fuéramos novios. Así me sentía, cuando miraba su manito encima de la mía, era solo cuestión de horas, pero cuantas horas más de vida? Cuanto faltaba para que se fuera, para que su cuerpecito no estuviera más ahí, por eso no me permitía irme de su lado , en dos momento tuve que ir al baño, pero Sebastián no me dejaba, estaba aferrado a mí, así que le tuve que decir que me soltara que tenía que ir al baño que ya volvía y me soltó, o sea que aunque él no me hablara entendía perfectamente todo lo que yo decía. Luego al regresar del baño se aferraba a mi nuevamente. Así estuvimos por los tres últimos días los dos juntitos.

Esa mañana al levantarse lo pusimos nuevamente en la cama del hospital ya que de esa manera todos podían acercársele y tocarlo, acariciarlo y hablarle, siempre tuvo mucho gente a su lado, sus tías, sus abuelos, , Isabela su única hermana.
Esa mañana al levantarse lo pusimos nuevamente en la cama del hospital ya que de esa manera todos podían acercársele y tocarlo, acariciarlo y hablarle, siempre tuvo mucho gente a su lado, sus tías, sus abuelos, Isabela su única hermana. Esa mañana al ponerlo en la cama lo sentí un poco molesto, pero no sabía que le pasaba, en ese instante Papi apareció y lo noto molesto también, yo no sabía que le pasaba así que le toque la colita y le sentí popo, estaba haciendo popo, Papi inmediatamente lo cogió y lo llevamos al baño. Hizo una bola dura de popo, no sé cómo salió por su colita era grande y cayó al piso, Papi la recogió y la metió al inodoro. Después de eso hizo un poco más pero más suave, esa fue su última vez que fue al baño, no volvió hacer popo ni pipi. Lo cogimos entre los dos y papi se sentó en un asiento en la ducha para bañarlo, lo tenía agarrado entre sus brazos mientras yo lo jabonaba, era un momento muy incómodo para nosotros, pero podíamos ver que Sebastián lo disfruto muchísimo, ese fue su ultimo baño. De ahí lo vestimos y lo pusimos en la cama nuevamente, Fue ahí cuando se despertó y comió melón, tomo agua y se volvió a dormir. Me acuerdo que yo le dije quieres que te bañe y después de 4 días sin hablarnos me dijo; a horita como solía decirme. ¨A horita Mami¨, ¨A horita¨. Esas fueron sus últimas palabras. Durmió todo el día y seguía haciendo mucho ruido. La enfermera del auspicio nos dijo que había empezado su proceso de morir, así que todos llegaron a la casa y se despidieron de Sebastián, Isabela su hermana se fue a dormir a la casa de Amy, se montó a la cama y le dio un beso, le dijo; ¨Chao Stian¨ ella no sabía que seria la última vez que lo iba a ver. Le pusimos música de todo tipo, la que a él le gustaba. Llame a su tío Segundo para que se despidiera en el teléfono y le dijo chao Sebastián te quiero mucho. Llame a su tía Nancy a quine adoraba y también paso al teléfono y se despidió de ella. Llame a los abuelos a Colombia para que también se despidieran de él. No pude llamar a Elkin su chofer y amigo preferido y a su gran amigo Nicolás quien fue su amigo de juegos en la finca con quien siempre compartía .Nicolás estaba siempre ahí para jugar con él y hacer lo que él queria.
Esa noche pensamos que iba a morir, yo le decía constantemente al oído que se fuera que Dios estaba con él. Que él estaba ahí esperándolo, que siguiera esa luz, Dios te llama. Pero él no quería irse, seguía aferrado a la vida y seguía luchando por vivir. Toda la noche la pasamos en vela, por un momento decidí acostarme, estaba agotada pero no pude dormir, así que me levante nuevamente, me bañe y me quede a su lado. Al amanecer seguía respirando pero cada vez con más dificultad. Poco a poco iba dejando de respirar, me acuerdo de haberle dicho mil veces gracias por darme este día más, gracias por no haberte ido anoche, gracias por estar ahí conmigo todavía, llore desconsoladamente y me despedí, sabía que era cuestión de horas a las 7:45 am su respiración se hizo más difícil y por un momento dejo de respirar. Dio un gran suspiro y no se oyó nada más y luego un segundo suspiro y expiro. En ese momento sentí que ya se había ido, que ya no estaba ahí, pero alcance a decirle; Ve Dios está ahí esperándote, yo sé que sí, ve con él.
En ese momento me retire de su lado, le dije adiós hacia el cielo, sabía que su alma estaba ahí todavía, pero ya no en su cuerpo. Su rostro inmediatamente cambio. Su luz se apagó él no estaba más allí.
Le pusimos una corbata de Papi alrededor de su cara, para que su mandíbula se sostuviera y al cabo de una hora vimos una sonrisa en su rostro, se fue sonriendo y feliz.
En ese momento sentí una paz infinita, un amor inmenso, como si algo me levantara y me mantuviera flotando, era un sentimiento de paz, de amor. No sabía de donde venía, pues sabía que yo no podía producir tan inmenso placer, tanto amor, de dónde venía? porque estoy tan llena de amor y mi hijo muriendo. Me di cuenta que era una Gracias de Dios, un regalo, para decirme; mira esto es lo que se siente aquí en el cielo. Toma un poquito para que veas como se siente Sebastián aquí en el cielo. Ese fue mi mejor regalo. Ahora sé que Dios existe y que definitivamente hay algo más halla esperándonos, algo inmenso, inconmensurable, intangible, algo bello, hermoso. Dios me dio un regalo inmenso que me dejo en un trance por 4 días. Yo solo sentía amor, estaba totalmente llena de amor.
Una de las muchas enseñanzas que Sebastián me dio fue el sentir el amor , amor de Dios, como nos ama Dios, yo nunca había amado de esa forma y le doy gracias a Dios de que me haya permitido conocer lo que es el amor, un amor de verdad , un amor sin reproches, un amor de una madre a un hijo es inmensurable , incontenible, totalmente profundo. Gracias por darme la oportunidad en esta vida de conocer lo que es el amor, un amor verdadero. Un Amor de madre.

Espero nunca olvidarte, no quisiera que mi mente te olvidara. Sé que estas dentro de mi corazón y siempre te amare. Espero que mi corazón no se olvide de lo que es amar.

Fue muy duro verte ahí en la cama tieso y frio. Tenía que cambiarte de ropa y me acuerdo que no podía doblarte el brazo para meterte la manga, estabas tieso; así que intente el otro lada el cual estaba aún tibio y flexible. Te puse la manga de la pijama por el lado del brazo tieso y luego te pude doblar la mano para ponerte la otra manga. Te puse tu pijama preferida, la azul con blanco del muñequito esquiando en la nieve. También al salir de deje tu cobijita de bebe, que te acompaño por toda la vida, quería que estuviera con tu cuerpo acompañándote ya que papi y mami no podían ir contigo. Al menos la cobija estaría contigo acompañando tu cuerpo, no quería que te sintieras solito. Papi protesto, pero al final accedió, yo quería que también te cremaran con tu cobijita pero papi se negó, él quería la cobija para él y gracias a Dios la dejo, porque ahora nos acompaña todas la noches y la tengo conmigo. Hay veces la extendemos en la mitad de la cama, así cada uno tiene un pedacito de tu cobija.
Gracias a Dios la tengo a mi lado y todas las noches está conmigo. Siempre vas a estar conmigo no presente pero si en mí.
Fue muy duro el verte salir de la casa en la camilla, dos mujeres que parecían dos hombres vestidas de negro fueron por ti. Que susto, las dos mujeres parecían muertas en vida, sin ningún tipo de expresión en su cara, que horrible ,nos impactó mucho a papi y a mami. Así que ellas dos te llevaron, papi te paso de la cama a la camilla y las dos señoras te sacaron en la camilla a el carro, donde te transportaron a la sala de velación; ahí estuviste todo el tiempo por un buen rato, hasta que pudimos ir a verte en la tarde. Mientras tú estabas en la funeraria yo estaba con papi haciendo vueltas de tu cremación. Cuando estábamos en la sala del cementerio apareció Melinda , Ms Zera, Ms Margaret, Angie, Donna , Hina eran como 8 amigas con un sobre, tan queridas ellas nos ayudaron a pagar tu velorio. Papi estaba siempre en el casa, cada vez que tu abrías los ojos yo lo llamaba para que te viera.
Me acuerdo una de aquellas tardes cuando Jane Molina decidió ir con Isabela al salón a hacerse las uñas, y regresaron con unos grabados de unos colores muy lindos. A mí me parecieron muy bonitas y muy especiales, algo diferentes, y me dije para mis adentros yo quisiera una para mí; me daba pena con Jane, que supiera que yo quería una, pues sabía que me la daría inmediatamente si se la pidiera, así que no dije nada. Solo le dije a Jane que estaban muy lindas. Sebastián estaba al lado mío con los ojos cerrados, dormido, no había forma laguna de que Sebastián se enterara de que yo quería una.
A los tres días que Sebastián se marchó al cielo, Lisa mi gran amiga que estaba de vacaciones en Chicago entro a un almacén y sintió que Sebastián le decía: ¨compra esa litografía para mi mami¨. Lisa hiso caso a el llamado de Sebastián y la compra. Cuando Lisa llego a la casa a verme, me dijo. Ingrid este cuadro es para ti, yo sentí que Sebastián me decía que comprara este cuadro para ti. Cual sorpresa me lleve al abrir el cuadro. Era el mismo cuadro que Jane mi amiga me había mostrado en la cama cuando estaba con Sebastián.
Para mí este episodio fue una señal de Sebastián que me dijo.¨ Mami yo estaba ahí todo el tiempo contigo y me estaba dando cuenta absolutamente de todo lo que tu hablabas, hasta pude oír tus pensamiento, pues yo estaba en otro plano de conciencia diferente al tuyo. Pero estaba presente.¨
Muchas veces me pregunto ¿qué fue lo que Sebastián vino a enseñarme? Una de las muchas respuestas que vienen a mi es el Amor. Viniste a enseñarme lo que es Amar. Conocí la esencia del amor a través de ti Sebastián, Como Dios nos Ama, a través de ti conocí a Dios. El está ahí, yo lo sentí cuando te fuiste, fue un Amor tan inmenso que ahora entiendo, que lo mejor que nos puede pasar en la vida es morir, porque es el nacer ante Dios ,es volver a la fuente, volver de donde vinimos. Estar en la casa de Dios.
Pero como desconocemos, lo que nos puede pasar, sentimos miedo y es un sentimiento normal del ser humano.
Una de las razones por las cuales escribo esto, es para que ustedes conozcan mi experiencia y que sepan de que Dios está ahí, esperándonos al morir y es lo mejor que nos puede pasar en la vida. Es tan profundo lo que les digo, que yo siento una paz infinita todo el tiempo, tengo mis momentos de tristeza porque soy humana, pero si yo no hubiera tenido esta experiencia, yo creo que estaría pasando por un mal momento. Yo siento lo opuesto, tranquilidad , amor , paz, y solo porque sentí a Dios. Esto es lo que muchos llaman Fe y que no entendemos que es.